Cerca de dos decenas de periodistas, entre fotógrafos, camarógrafos y cronistas, se ubicaron en la puerta que conduce al camerino del Deportivo Cuenca para tener declaraciones del profesor Luis Soler. Cuarenta y nueve minutos después que terminó el partido frente a Técnico Universitario, apareció con una mochila en hombro y se limitó a caminar hacia el garage, con la cabeza medio baja, sin decir palabra.
“Mañana (hoy) daremos una rueda de prensa”, señaló el presidente del club, Julio León, en medio de un ambiente tenso que se vivió anoche en el Estadio Alejandro Serrano Aguilar. Con un doblete de Wilfrido Vinces y un tanto de Pablo Ochoa, Técnico Universitario le amargó el centenar de partidos que cumplía Soler al frente de la dirección técnica del Expreso Austral. Media hora les bastó a los Guaytambos para llevarse los tres puntos y caldear los ánimos de la “Crónica Roja”.
La principal barra de la tienda morlaca perdió la paciencia. A los 44 minutos de la primera etapa, sus integrantes ya empezaron a corear ¡Fuera, Soler!, después se enfrentaron a Byron Cano quien los fue a increpar.
El Cuenca no jugó a nada en el primer episodio. El rival parecía el local porque jugaba en área contraria. Soler se desesperaba: presionen ¡carajo!, gritó después del primer gol que recibió Marcelo Ojeda, pero sus pupilos estaban desconcertados. Luego se vino el segundo y tercer gol en contra. Soler se tomaba de sus cabellos y soltaba sus brazos con fuerza.
En el complemento cambiaron los roles, sobre todo con el ingreso de Julio Angulo por Mike Rodríguez. La reacción fue tarde, el Rodillo Rojo se defendió con orden ante un Cuenca que creó algunas oportunidades de gol pero que concretó solo una a través de Henry Cangá, de cabeza, a siete minutos del final.
El público se animó. “Cuenca, Cuenca…Soler, Soler”, gritaron los hinchas de la General. Miguel Bravo recibió aplausos cuando dejó la cancha en lugar de Pedro Nazareno quien debutó de forma oficial en Primera División.
Los tres minutos adicionales, poco sirvieron. Jugadores y cuerpo técnico se reunieron y salieron juntos a los camerinos. Crónica Roja les despidió con botellazos, incluso con una de vidrio. Cano reaccionó otra vez, pero sus compañeros le obligaron a ingresar al camerino.
Soler no se presentó a la rueda de prensa, solo su compañero de profesión, José Basualdo. “Uno está un poquito amargado, uno no viene a sacar a alguien del trabajo, pero así es el fútbol, ahora le tocó a él, después me puede tocar a mí”, indicó.
“Estamos sin palabras. No manejamos el partido, no tuvimos la posesión del balón y en el segundo pase no pudimos agarrar ni una”, dijo Miguel Paniagua, el único jugador que habló.
La semana anterior, el presidente León anunció que consensuó con Soler para ganar siete de los nueve puntos próximos, caso contrario se retiraría de la dirección técnica. Con la derrota de ayer no se podrá cumplir el objetivo. De ganar a Liga de Loja, el próximo miércoles a las 18h00, apenas completaría seis.
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Cerca de dos decenas de periodistas, entre fotógrafos, camarógrafos y cronistas, se ubicaron en la puerta que conduce al camerino del Deportivo Cuenca para tener declaraciones del profesor Luis Soler. Cuarenta y nueve minutos después que terminó el partido frente a Técnico Universitario, apareció con una mochila en hombro y se limitó a caminar hacia el garage, con la cabeza medio baja, sin decir palabra.
“Mañana (hoy) daremos una rueda de prensa”, señaló el presidente del club, Julio León, en medio de un ambiente tenso que se vivió anoche en el Estadio Alejandro Serrano Aguilar. Con un doblete de Wilfrido Vinces y un tanto de Pablo Ochoa, Técnico Universitario le amargó el centenar de partidos que cumplía Soler al frente de la dirección técnica del Expreso Austral. Media hora les bastó a los Guaytambos para llevarse los tres puntos y caldear los ánimos de la “Crónica Roja”.
La principal barra de la tienda morlaca perdió la paciencia. A los 44 minutos de la primera etapa, sus integrantes ya empezaron a corear ¡Fuera, Soler!, después se enfrentaron a Byron Cano quien los fue a increpar.
El Cuenca no jugó a nada en el primer episodio. El rival parecía el local porque jugaba en área contraria. Soler se desesperaba: presionen ¡carajo!, gritó después del primer gol que recibió Marcelo Ojeda, pero sus pupilos estaban desconcertados. Luego se vino el segundo y tercer gol en contra. Soler se tomaba de sus cabellos y soltaba sus brazos con fuerza.
En el complemento cambiaron los roles, sobre todo con el ingreso de Julio Angulo por Mike Rodríguez. La reacción fue tarde, el Rodillo Rojo se defendió con orden ante un Cuenca que creó algunas oportunidades de gol pero que concretó solo una a través de Henry Cangá, de cabeza, a siete minutos del final.
El público se animó. “Cuenca, Cuenca…Soler, Soler”, gritaron los hinchas de la General. Miguel Bravo recibió aplausos cuando dejó la cancha en lugar de Pedro Nazareno quien debutó de forma oficial en Primera División.
Los tres minutos adicionales, poco sirvieron. Jugadores y cuerpo técnico se reunieron y salieron juntos a los camerinos. Crónica Roja les despidió con botellazos, incluso con una de vidrio. Cano reaccionó otra vez, pero sus compañeros le obligaron a ingresar al camerino.
Soler no se presentó a la rueda de prensa, solo su compañero de profesión, José Basualdo. “Uno está un poquito amargado, uno no viene a sacar a alguien del trabajo, pero así es el fútbol, ahora le tocó a él, después me puede tocar a mí”, indicó.
“Estamos sin palabras. No manejamos el partido, no tuvimos la posesión del balón y en el segundo pase no pudimos agarrar ni una”, dijo Miguel Paniagua, el único jugador que habló.
La semana anterior, el presidente León anunció que consensuó con Soler para ganar siete de los nueve puntos próximos, caso contrario se retiraría de la dirección técnica. Con la derrota de ayer no se podrá cumplir el objetivo. De ganar a Liga de Loja, el próximo miércoles a las 18h00, apenas completaría seis. 