Barcelona ha recuperado la memoria y el buen ánimo y Deportivo Cuenca lo sintió. Y lo sintió, especialmente, en la defensa. La línea de tres zagueros que dispuso el director técnico Guillermo Rivarola tuvo permanentes desajustes. Por eso los carrileros Andrés López y Edder Fuertes se enfocaron en apoyar la tarea de marca y fortalecer un venido a menos sistema defensivo.
Pero ninguno de ellos halló la forma de contener la velocidad de Michael Arroyo y Roosevelt Oyola, la potencia de Ariel Nahuelpán y los desbordes de Penilla y más tarde de Hólger Matamoros.
Como ha sido la constante de este año, con el buen toque y los remates de Damián Manso no le alcanza al cuadro morlaco. Ni con la buena voluntad de Andrés Ríos.
El límite del expreso es el tercer cuarto de cancha, donde terminan las parcelas del medio campo y empiezan las del ataque... Donde hay que llegar y coronar.
Sin más recursos que desplegar en ataque, Deportivo Cuenca recibió el segundo gol al minuto 34, luego de el arquero Juan Marcelo Ojeda dejara en medio camino un rechazo con el pecho tras un remate de Ariel Nahuelpán; el golero argentino sirvió el balón en bandeja para que Arroyo aumentara la cuenta.
En el fútbol, la buena actitud y las intenciones de mejorar el estado actual de las cosas deben ir añadidas de argumentos, y fue ésto lo que le siguió faltando a Deportivo Cuenca en el segundo tiempo ayer en el estadio Monumental.
Y al equipo colorado le fue peor en la “odisea” de buscar el arco anfitrión en el afán de descontar, dado que los explosivos jugadores toreros se movieron con libertad en medio de grandes espacios y liquidaron la historia. Ariel Nahuelpán, al minuto 56, y Roosevelt Oyola, a los 65, sentenciaron la goleada en el feudo porteño.
Y pudieron ser más goles y peor la tarde para los rojos: el argentino Gonzalo Castillejos y Luis Caicedo marraron opciones claras de aumentar la cuenta. Pudo ser más aciaga la tarde para Deportivo Cuenca, pero los jugadores toreros perdonaron.
Al final del partido, según el reporte de medios nacionales desde el el estadio Monumental, Guillermo Rivarola asistió a la rueda de prensa para “dar la cara”, como él dijo, pero se excusó de su silencio...“Hablaré después con los medios de comunicación. Ahora no”.