“Jugó en el equipo Los Pibes de El Vado del cual ahora solo quedan con vida Luis Mendieta y Eduardo Dumas… Luego, a los 13-14 años, jugó en Juvenil bajo las órdenes de Che Pérez. Por lo flaco, alto y hábil con la pelota le bautizamos ‘El Tabaco’ Arévalo”, rememoró uno de sus más grandes amigos, Luis “El Negro” Díaz.
Arévalo formó parte del Club El Vado desde sus divisiones inferiores. Emigró a los Estados Unidos pero retornó en 1971 para formar parte del primer plantel del Expreso Austral junto con Piazza, Daza, Laterza, Caicedo, Jaramillo, Aguirre, “Paragua” Martínez, Tenorio, “Araña” Martínez, Joselito Garcés.
“Jugaba como interior izquierdo cuando se jugaba un 3-2-5. El bajaba a recibir balón y hacía jugar”, señaló Díaz mientras apretaba sus manos para contener sus lágrimas. “Era brusco, mañoso, mal hablado en lo futbolístico pero sobre todo era un magnífico amigo”, acotó.
Antes de vincularse al Emelec prestó sus servicios al Macará de Ambato y Audaz Octubrino de El Oro. También jugó en Liga de Cuenca. “Fue un buen volebolista y un buen indorista. Formó el equipo Inter, con jugadores de El Vado, y salió campeón en el Mundialito de los Pobres”, señaló Díaz quien luego también jugó en el Inter y salió campeón con Arévalo.
El mote de “Pelón” lo patentó Pablo Hannibal Vela, el Rey de la Cantera. Su melena fue producto de la moda que estaba vigente en Estados Unidos, también lo llamaban “Caldo de huevos”, por un negocio que tenía su madre.
En las concentraciones era uno de los más bromistas. En una ocasión empezó a llamar a sus compañeros por teléfono, haciéndose pasar por periodista. La última vez que sus amigos lo vieron jugar fue hace dos semanas, en el Campeonato Bolivariano de clubes como parte de Amistad Club. Sus restos se velan en Portales de Yanuncay. Mañana recibirá cristiana sepultura luego de la Santa Misa prevista para las 11h00 ¡Paz en su tumba!.