Un resultado con ganador puede disfrazar una noche de fútbol particularmente discreto. Quizá por tratarse de la visita del Macará, nada menos que el último equipo clasificado en la tabla de general, Deportivo Cuenca jugó apagado en la décima jornada, como sin ganas. ¿El rival puede influir en lo que entrega un equipo de fútbol en la cancha? Por lo que pasó anoche, parece que sí. En el primer tiempo, el equipo colorado llegó sólo una vez al arco del mundialista Cristian Mora. Lo hizo al minuto 24 cuando cayó el “gol de estómago” del volante argentino Alejandro Frezotti.
Tiro libre desde un costado. El argentino Alejandro González saca un centro y la pelota sobra a todas las piernas de los defensas de Macará; la pelota perfora el corazón del área y llega al cuerpo de Frezzotti, que pone el estómago y la empuja: 1-0.
Dada la improductividad del cuadro local, Macará se largó al ataque en un par de ocasiones. De hecho, tuvo una clara chance de anotar cuando Israel Chango se perdió un gol cuando estaba solo frente a Juan Marcelo Ojeda.
En el segundo tiempo el semblante fue el mismo hasta el minuto 61, cuando Macará perdió a John Jairo Angulo por expulsión. Eso movió a Deportivo Cuenca a buscar el arco de Mora con determinación, algo que no había hecho en todo el partido. En eso, el Cuenca dispuso de dos oportunidades claras, una desperdiciada en la derecha de Ríos y otra más tarde en Byron Cano, que ya había reemplazado al delantero argentino.
Las ganas del Cuenca de hacer otro gol se alimentaron cuando Macará se quedó con nueve por la expulsión del argentino Marcos Pirchio al minuto 70. El equipo colorado quería justificar la superioridad numérica, pero pudo conseguirlo recién al final, en los descuentos, con el gol de Cano.