Se terminó bien. Me contrataron para salvar la categoría, estoy contento por el trabajo realizado, aunque hubiese sido lindo alcanzar un cupo para la Copa Sudamericana 2015.
Tener solo tres puntos en 10 fechas disputadas fue lo más preocupante. Pero ya sabía todo, los dirigentes me dijeron que el equipo está caído y yo decidí asumir el compromiso.
Les dije que de esta situación salíamos todos juntos. Que confíen en mí y yo lo haría en ellos. Que se “maten” por lograr ese objetivo. Luego se armó un grupo bárbaro, como ellos mismo manifestaron: una familia.
Trabajar en el aspecto psicológico y emotivo para recuperar la confianza fue primordial. Fue difícil, pero poco a poco se fue conformando la unidad y al final la forma de trabajo fue muy buena, permitió desemvolverme mejor.
Totalmente. Por algo era el capitán, fue el que comandaba al grupo en todos los aspectos, llevaba el mensaje dentro de la cancha. Ayudó a solucionar los problemas internos, habían discusiones fuertes pero se solucionaron siempre. Se encaminó bien al grupo.
Que esto sirva para corregir los errores, todo es experiencia, hay que analizar lo bueno y lo malo. De lo futbolístico, hay que destacar a los nuevos valores. Aunque no se como estén en el tema contratos, hay una base de jugadores muy destacados, pero dependerá mucho de quién (dirigencia) asuma el club. Los juveniles fueron fundamentales para rematar el último tramo del campeonato. Además, al ser chicos tienen más sentimientos y sirven para que tengan más compromiso.
Uno quiere siempre más. El primer objetivo de salvar al Cuenca del descenso si lo cumplimos, para eso, nos esforzamos mucho, más de lo requerido. Sin embargo, nos quedó el sabor amargo de no llegar a la Copa Sudamericana, hubiese sido el premio más grande. Creo que por lo hecho lo merecíamos.
Ante Emelec. Significó más por muchos condimentos: es uno de los finalistas, uno de los grandes del país, se terminaba el torneo de local, con los tres puntos salvamos la categoría que lo hicimos por méritos propios y porque la hinchada tenía que llevar la mejor imagen.
La dirigencia sabe en lo que falló y cualquiera que venga tendrá que corregir y no volver a hacer lo que han hecho desde hace años atrás... En cuanto a mi futuro, no me gusta hablar de suposiciones, pero si me llaman habrá que dialogar, eso ya no depende de nosotros (cuerpo técnico), en lo personal estoy tranquilo, no me preocupo por el mañana, solo pienso en lo que pasó ayer.
Siempre lo mejor, es una ciudad que no ha cambiado mucho, tengo los mejores recuerdos, la gente acá te conoce en la cancha, en las calles y en todo lado. Pero si me preguntas por la comida, nunca comí el cuy o el mote.
Era normal. Ahora por mi profesión no lo sigo mucho. Ya no vives con la misma intensidad y pasión, pero el título es merecido, el equipo ha sufrido mucho en los últimos 13 años. Es uno de los cinco más grandes de fútbol argentino.