(Sonríe) Mi apodo viene desde que jugué en Espoli y me puso Carlos Luis Morales cuando era mi compañero.
En las concentraciones del Espoli siempre hacían avena Quaker. Carlos Luis se sorprendió cuando me vio tomar varios vasos de avena y me preguntó por qué tomo tanto a lo que le respondí: mi mamita me dejaba una olla para mi solito cuando se iba a trabajar. Entonces se levantó, les quitó los vasos de avena a Obregón, Zambrabo, Valencia, Domínguez, a todas esas fieras de jugadores que integraban Espoli el año de 1994-1995 y me hizo tomar como 10 vasos mientras en coro gritaban: !mamita, mamita!
(Sonríe) No igual. Me encanta la colada.
Es algo lamentable que se sigue viviendo. Muchos no quieren abrir los ojos ante esta realidad. Esperemos que todo se planifique mejor porque cuando se suscitan estos problemas los futbolistas no tenemos un rendimiento adecuado, más aún cuando a nuestras espaldas tenemos familiares que sufren mucho. Muchas veces tenemos la impotencia de mantener a nuestros hijos en las escuelas, universidades. Es una situación compleja, en la cual todos tenemos que poner de nuestra parte o sino el único perjudicado será el fútbol ecuatoriano.
Lo conozco desde muchacho. Hemos tenido la oportunidad de compartir momentos sobre todo cuando estábamos en Liga de Quito. Realmente tenemos una amistad tanto familiar como profesional.
Quiero que no se piense eso de mi. Vengo a trabajar de igual a igual o sino le dijera al cuerpo técnico que me hiciera un trabajo especial para retirarme en “X” partido. Vengo a dar batalla primero a mi mismo, a mis compañeros y a los rivales.
Tengo compañeros que tienen menos años que yo y les ha tocado retirarse del fútbol por diversas circunstancias y ellos mismo se han acercado a darme la mano para felicitarme por seguir en el fútbol.
(Sonríe) Eso si no sé. Quiero seguir viviendo el fútbol día a día. Fijarme una fecha para retirarme realmente no cabe en mi cabeza. El día llegará.
Son cosas de mi pueblo. Cuando un niño hace una travesura generalmente mueve su mano como diciendo: !y ahora, y ahora! Me propuse hacer algo diferente a lo que la gente está acostumbrada a ver en los festejos de los delanteros como del finado Otilino Tenorio.
Mi hijo me lleva las estadísticas y estamos a un gol de ese objetivo.
Mi enamorada Cristina Méndez me preguntó cómo me recibieron y le conteste: fabulosamente.
Por su trabajo no vendrá.
Ella es policía y por eso no vendrá. Mi madre se encuentra con Dilan Alexander uno de mis cuatro hijos, quien está ingresando a la universidad y se encuentra entre Aucas y Católica.
No. Jugaba de delantero pero lo hicieron central.
Un líder positivo. Siempre con respeto y frontalidad.
fuente: elmercurio.com.ec