
Koufatty comparte edificio con los tres extranjeros del Cuenca, (Ezequiel Filipetto, Juan Pablo Segovia y Raúl Becerra, argentinos), todos los días van juntos a los entrenamientos y de la misma manera retornan a sus departamentos.
Recuerda que desde que llegó a Cuenca ha sentido la amabilidad y el cariño de la gente. “La gente y el grupo me han tratado muy bien, como en casa y eso me ha ayudado para acoplarme lo antes posible al equipo”, comenta Koufatty, quien además dice que en el edificio donde está alojado se encontró con un par de venezolanos y gracias a ellos ha podido conocer más de cerca la ciudad, aunque espera conocer más a fondo; recorrer por las zonas que no sea el Centro Histórico.
De Venezuela extraña a su familia y las amistades, pero asegura que en el Deportivo Cuenca ha formado una nueva familia, pues todos son unidos y te brindan esa confianza. Acá estuvo solo hasta la Noche colorada, pues para esa noche ya llegaron su esposa Virginia Ibarra y su nena, Corina Isabel, de apenas dos años y ellos ha cambiado su estilo de vida en la Atenas del Ecuador, porque cada que llega a su departamento les encuentra para que los días sean felicidad, pues asegura que “son mi razón y el por qué juego fútbol”.
Aparte de los tres extranjeros con los que conparte en el mismo edificio, Koufatty dice que dentro del Cuenca la amistad con todos es muy buena, ya que se lleva con todos. Aunque recalca que desde el comienzo Hamilton Piedra, Silvio Gutiérrez, Ronaldo Jhonson y Luis Saritama, le han dado todo el apoyo. "Son los más allegados, están atentos a todo; súper buenos compañeros". Incluso con “El Sari” son los responsables de pegar los tiros libres en los partidos.
A Jacobo Koufatty, le gusta el juego elegante, con toques cortos de pelota y disparos de pelota parada. Cuenta que en sus anteriores equipos siempre fue el responsable de los tiros libres, pero llegó al fútbol ecuatoriano, a vestir la camiseta del expreso austral y las cosas cambiaron. “El fútbol acá es más intenso y rápido, de contacto fuerte”, dice.
Pero al venezolano eso no le intimida, y aunque en los primeros partidos en los que ha actuado ya sintió más de un puntapié fuerte de sus rivales, va ganando experiencia y su juego va siendo más eficaz; no deja de lado sus cualidades, pero suelta más rápido los pases; evita los contactos fuertes.
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